Las cámaras de fotografía y yo.

“Documento con fotos para no olvidar, documento para recordar, para recordarme ver más”

Yaz Ayuso

Mi primer cámara fotográfica fue una Kodak 110, fue mi regalo de cumpleaños número 7, no sabría reconocer de dónde me vino el gusto, pero fue un gran regalo. Desde entonces he tomado fotos.

Primaria y secundaría debí haber jugado con esa cámara Kodak Star 110, compraba rollos y los llevaba a una tienda de revelado para obtener mis fotos en un proceso llamado análogo, dentro del cuarto oscuro con químicos y técnicas artesanales. Con los años, la tecnología evolucionó y cambiamos a un “revelado digital”, en dónde el procesos de impresión permitió tener fotos en papel en menor costo y tiempo, así fueron los siguientes años de prepa con mi Sony CiberShot.

La Minolta fue mi cámara para la universidad, en la carrera tomé cuatro semestres de fotografía, tomar fotos y revelar, hacer encuadres, composiciones, jugar con el ritmo, el movimiento, la luz y las sombras, ahí fue cuando descubrí cómo dibujar con luz; también en esa escuela fue en dónde aprendí realmente el proceso fotográfico, el mismo que muchos años atrás hacía el señor en el cuarto oscuro de su tienda de revelado. Aunque los avances tecnológicos, han ganado peso en la vida diaria, los servicios fotográficos tradicionales aunque artesanales, nunca perderán su magia y profesionalidad.

Después, después empecé a viajar, al mismo tiempo vino la A6000, la mejor recomendación para una cámara digital y exteriores.